martes, 28 de enero de 2020

EL FRANQUISMO (1939-1975)

 

INTRODUCCIÓN
El franquismo se conoce cómo el régimen autoritario y antidemocrático que se instaura en España tras la Guerra Civil y la victoria del bando sublevado durante un periodo de 36 años, desde 1939 hasta 1975, en el que Francisco Franco toma el control totalitario del poder político. Franco era el generalísimo, general de los generales, de los tres ejércitos y jefe del partido único, Falange Española Tradicionalista, jefe de Estado y presidente del Gobierno.
Tenía el control absoluto d el poder ejecutivo y legislativo.

lunes, 27 de enero de 2020

  1.LA NUEVA ORGANIZACIÓN DEL PODER


Acabada la guerra el general instauró una dictadura fascista, que incorporó una influencia clara de los totalitarismos alemán e italiano en campos como las relaciones laborales, la política económica autárquica, la estética, el uso de los símbolos​ o el unipartidismo. En sus últimos estertores el régimen transitó más próximo a las dictaduras desarrollistas, aunque siempre conservó rasgos fascistas vestigiales, caracterizado por la ausencia de una ideología claramente definida más allá de su proclamado nacionalcatolicismo.
En los años 1940 la dictadura militar se afianzó mediante la represión política y económica de los opositores. Unas 485 000 personas habían huido al exilio.
Los sectores que más aclamaban a Franco fueron los más vinculados a la España tradicional, los ámbitos más católicos, las élites económicas, los círculos acomodados.
El principal objetivo político en la posguerra fue eliminar cualquier vestigio de la oposición como garantía de la supervivencia.
La política aplicada por Franco se limitó a adoptar los principios de las instituciones y colectivos políticos y sociales que lo habían apoyado.
La mayor aportación ideológica de los militares al régimen fue el nacional partidismo, una visión unitaria y conservadora de España que Franco asumió como propia. La Falange aportó los elementos más novedosos a su ideario. La iglesia apoyó a los sublevados del 18 de julio de 1936 , a los que bendijo como cruzados y mártires caídos de Dios y por España.

domingo, 26 de enero de 2020

2.LA LARGA POSGUERRA

 La posguerra fue una larga etapa de reconstrucción en la que el régimen franquista elaboró un nuevo orden institucional e ideológico y desarrolló unas relaciones internacionales condicionadas por la Segunda Guerra Mundial.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial a los pocos meses de la victoria franquista condicionó la política del régimen.
En 1939, la España franquista mantenía unas relaciones excelentes con la Alemania nazi y la Italia fascista por los apoyos políticos y militares recibidos durante la Guerra Civil. Sin embargo, al estallar la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Franco se declaró neutral, aunque colaboró con las potencias fascistas.
En junio de 1940 Franco adoptó una política de no beligerancia para mantener abierta la posibilidad de intervenir a favor de Alemania, y beneficiarse del reparto de los imperios coloniales francés y británico.
En 1941 se produjo la máxima colaboración, cuando se envió al frente ruso un cuerpo de voluntarios al que se llamó la División Azul.
Al acabar la contienda en 1945, en el ámbito internacional existía un rechazo hacia la dictadura franquista. La ONU negó la admisión de España en la organización.
La dictadura reforzó su línea autárquica y represiva y su discurso ultranacionalista en manifestaciones multitudimarias de apoyo a Franco.
En los años 40 se vivió una profunda recesión económica, a pesar de que el mantenimiento de la neutralidad durante la Segunda Guerra Mundial podría haber originado un nuevo proceso de expansión e industrialización.
El impacto demográfico de la guerra y la posguerra fue muy negativo.
El estado franquista quiso controlar los aspectos fundamentales de la vida económica: fijó los precios, racionó el consumo, estableció los cupos de producción y determinó los salarios.

sábado, 25 de enero de 2020

3.Los años del desarrollismo


La consolidación del franquismo en los años 50 se vio propiciada en gran medida por el fin del aislamiento internacional. Con el inicio de la Guerra Fría, Franco comenzó a ser considerado de Occidente de alto valor estratégico en el Mediterráneo para luchar contra el comunismo.
En 1951 se iniciaron las conversaciones con Estados Unidos para establecer un tratado bilateral. A la vez, comenzaron a llegar las primeras remesas de ayuda estadounidense. En 1953 se firmó un acuerdo que permitió al ejército norteamericano establecer las bases militares de Morón, Rota, Torrejón de Ardoz y Zaragoza. A cambio, España recibiría ayuda económica.
En 1953 se firmó el Concordato con la Santa Sede, que fue un paso importante en la aceptación del régimen en la comunidad internacional. Aún así en Europa se mantuvieron las reticencias hacia la dictadura. No obstante, las fronteras con Europa se hicieron más permeables, lo que permitió el flujo creciente de trabajadores españoles atraídos por el desarrollo europeo y facilitó la llegada de turistas.
En 1951 Franco cambió gran parte de su Gobierno con el objetivo de mejorarla economía del país.
Durante los años 50 se intensificaron las tensiones y las propuestas. Durante los años sesenta se produjo una renovación en la cúpula franquista. Otro hecho que afectó a la estabilidad del régimen fue la precipitada descolonización de Marruecos.
A lo largo de los años 70, se volvió a producir un cambio en la cúpula franquista. Los reformistas y los llamados tecnócratas llegaron al Gobierno, lo que supuso el inicio de ciertas medidas liberalizadores. Durante estos años la oposición al régimen se extendió rápidamente entre los sectores cada vez más amplios de la sociedad.
A finales de los años sesenta, el declive físico de Franco, presión de la oposición y la propia dinámica económica pusieron de manifiesto una vez más las limitaciones del
régimen. En 1969 estalló el mayor escándalo económico de la etapa franquista, el caso Matesa, en el que estaban implicadas con el Opus Dei, entre ellas, algunos ministros.
Los profundos cambios en el mercado laboral y las mejoras en la educación  y en el consumo, lograron una transformación de las clases medias, que pasaron de ser un tercio de la población 1950 a casi el 55% en 1970. A pesar de ello, el acceso a la sociedad de consumo enmascaró la gran desigualdad en la distribución de la riqueza.
En 1975 la muerte de Franco puso fin al Régimen, ya que se presenta un factor decisivo para el mantenimiento del mismo, pero precisamente por ello no existe posibilidad alguna de sucesión, y su muerte obliga a un replanteamiento general de la vida política, hecho que corresponde a la transición.